Autoconsumo agrícola con paneles fotovoltaicos (Agrovoltaica)
El autoconsumo fotovoltaico en agricultura permite cubrir con energía solar la mayoría de consumos eléctricos del campo, desde el bombeo solar para riego, climatización e iluminación de invernaderos, electrificación de naves y refrigeración de productos hasta procesos de transformación agroalimentaria.
La agrovoltaica permite reducir en torno a un 50% la factura y, en explotaciones bien dimensionadas hasta 80% con altas radiaciones y almacenamiento en baterías.
El autoconsumo agrícola, ofrece independencia frente a la volatilidad del mercado eléctrico, recorta emisiones y aumenta la competitividad. El proceso de implementación de placas solares en sistemas agrícolas consiste, de forma simplificada en un estudio de necesidades, diseño del proyecto y obtención de permisos, seguido de una instalación profesional, legalización de la instalación y de mantenimiento anual posterior.
Para favorecer la adopción de sistemas solares en entornos agropecuarios, hay disponibles subvenciones europeas (PRTR, REPower EU), programas sectoriales de modernización de regadíos y bonificaciones fiscales (IBI, ICIO, deducción IRPF), todo ello gestionado por el IDAE, MAPA y las comunidades autónomas.
Contenido
¿Qué aplicaciones tiene el autoconsumo fotovoltaico en el sector agrícola?
Casi cualquier consumo eléctrico presente en el campo (desde el riego hasta la climatización, pasando por iluminación o procesos industriales) puede apoyarse en una instalación fotovoltaica de autoconsumo bien diseñada.
Entre las aplicaciones agrícolas de la energía solar podemos destacar las siguientes.
- Bombeo solar para riego: La energía fotovoltaica puede alimentar bombas de agua para sistemas de riego en campos y explotaciones ganaderas, sustituyendo los motores diésel o conexiones débiles a la red. El bombeo solar permite extraer agua de pozos o balsas utilizando solo la energía del sol, reduciendo costes de combustible y emisiones. Esta aplicación resulta particularmente útil en zonas aisladas sin acceso fiable a la red eléctrica, garantizando suministro de agua incluso en temporadas secas.
- Climatización e iluminación de invernaderos: Los paneles solares pueden cubrir las necesidades eléctricas de los invernaderos, alimentando sistemas de calefacción, ventilación, enfriamiento evaporativo o la iluminación suplementaria.
- Electrificación de naves y equipamientos: Una instalación fotovoltaica bien dimensionada puede suministrar electricidad a las edificaciones de la finca (casetas de riego, almacenes, establos, granjas) para iluminación, herramientas eléctricas, vallados eléctricos, ordeñadoras u otros equipos de maquinaria eléctrica.
- Refrigeración y conservación de productos: En muchas granjas y cooperativas se utilizan cámaras frigoríficas o sistemas de refrigeración. El autoconsumo puede alimentar estos equipos de refrigeración de productos agrícolas durante las horas de sol reduciendo el consumo de la red en uno de los sistemas más críticos de la explotación (cadena de frío).
- Procesos de transformación agroalimentaria: Muchas explotaciones agricolas realizan labores de procesamiento de productos agrícolas (molido de pienso, prensado de aceite, elaboración de queso, secado de embutidos, embotellado, etc.). Por ejemplo, una almazara o un molino de pienso con paneles solares puede autoabastecerse parcialmente, abaratando el coste energético por kilogramo de producto transformado.
¿Qué beneficios tiene el autoconsumo para el sector agrario?
Implementar sistemas solares de autoconsumo conlleva numerosas ventajas para el agricultor y ganadero, que abarcan aspectos económicos, medioambientales, operativos y de independencia energética entre los que destacan los 4 siguientes.
- Ahorro económico y estabilidad de costes: La ventaja más inmediata es la reducción significativa de la factura eléctrica mensual. Tras la inversión inicial, la electricidad generada por los paneles es gratuita, lo que disminuye drásticamente los costes operativos de bombeo, climatización, u otros procesos. Los sistemas fotovoltaicos de riego se amortizan en entre 5 a 10 años, y después de ese periodo, la mayor parte de la energía es gratis y propia.
- Sostenibilidad ambiental: Al generar electricidad renovable in-situ, el autoconsumo evita emisiones de gases de efecto invernadero.
- Independencia y seguridad energética: Producir parte de la energía en la propia explotación agrícola proporciona mayor independencia frente a las fluctuaciones de precios y suministros de las compañías eléctricas, lo que protege la estabilidad económica del agricultor.
- Mayor productividad: Al abaratar la energía, redunda en una gestión más eficiente de la explotación, la revaloriza y la hace más competitiva. Además, las instalaciones solares requieren poco mantenimiento, lo que facilita su operación a largo plazo.
¿Cuánto ahorro supone el autoconsumo agrícola?
El ahorro económico que puede lograr una explotación agrícola con autoconsumo solar bien dimensionado es de alrededor de un 50% de los costes de energía.
Este ahorro depende de muchos factores como la radiación de la zona, un buen dimensionamiento, perfil de consumos, etc, pero en general es un ahorro muy significativo.
En instalaciones bien dimensionadas, es habitual cubrir con energía solar directa entre un 30% y un 70% de las necesidades eléctricas para la operación de la explotación agrícola, reduciendo en esa proporción la factura de la luz.
Bajo condiciones óptimas (alta radiación y un consumo diurno elevado coincidente con la producción solar), el ahorro con autoconsumo podría llegar a cubrir desde el 60 al 80% de la energía anual de la explotación, e incluso hasta un 95% si se combina con sistemas de almacenamiento (baterías) para aprovechar excedentes por la noche. Pero para obtener valores tan altos requieren inversiones adicionales (baterías) o gestionar excedentes, por lo que lo más común es situarse en ahorros del orden del 50% del consumo.
Ahora bien, es importante entender el marco regulatorio de los excedentes en España, ya que va a determinar el ahorro máximo posible en la factura. La normativa vigente (Real Decreto 244/2019) permite la compensación de excedentes: la energía solar sobrante (no autoconsumida instantáneamente) se vierte a la red y la comercializadora descuenta su valor de la factura eléctrica. Este descuento, sin embargo, tiene un tope legal: nunca puede superar el coste de la energía consumida de la red en ese mes.
¿Cómo se implementa el autoconsumo solar en agricultura?
La puesta en marcha de un sistema fotovoltaico en una explotación agrícola requiere seguir una serie de pasos técnicos y administrativos, desde la planificación inicial hasta la conexión y operación, así como el buen dimensionado, ubicación, trámites legales, mantenimiento y monitorización.
A continuación, se describe el proceso paso a paso
1. Evaluación de necesidades y dimensionado inicial
El primer paso es realizar un estudio energético de la explotación para determinar cuánta energía eléctrica se consume y en qué horarios. Se debe analizar la demanda anual y la estacional. Por ejemplo, si el riego se concentra en verano, si hay picos durante la cosecha, consumo constante de refrigeración, etc. Hay que examinar además la potencia pico de arranque requerida por equipos críticos como bombas y motores. Con esos datos se puede dimensionar la planta solar: número de paneles necesarios, potencia del inversor, posibles baterías, etc. En este estudio preliminar se debe tener en cuenta la ubicación geográfica y su irradiación solar.
También se tiene en cuenta la superficie disponible: ¿Hay tejados de naves suficientes? ¿Se instalarán paneles en el suelo? La orientación e inclinación óptimas de los módulos (generalmente al sur y con ángulo adecuado a la latitud) también se deben considerar.
2. Diseño técnico y trámites administrativos previos
Con el dimensionado decidido, se elabora el proyecto técnico de la instalación fotovoltaica. Para potencias pequeñas, en muchos casos basta una memoria técnica realizada por la empresa instaladora. Para potencias mayores (>10 kW) suele requerirse un proyecto visado por ingeniero y, en todos los casos, un electricista autorizado deberá emitir los certificados de instalación (CIE o Boletín Eléctrico, obligatorio para instalaciones de baja tensión según REBT 842/2002) una vez montada. En paralelo, se gestionan los permisos y autorizaciones necesarios. Gracias a la normativa actual, muchas instalaciones de autoconsumo quedan exentas de trámites complejos.
Además, hay que notificar y solicitar punto de conexión a la compañía distribuidora en caso de instalaciones conectadas a red con excedentes. El proyecto debe presentarse en el Ayuntamiento para obtener la licencia de obra o incluso una comunicación de obra menor (según si se instalan paneles en suelo o en tejado). En ciertos entornos rurales, si los paneles van en terreno rústico, puede ser necesaria una autorización de uso excepcional en suelo rústico o un informe de compatibilidad con la actividad agraria (algunas CCAA han emitido protocolos para instalaciones agrovoltaicas, asegurando que la colocación de paneles en estructuras elevadas es compatible con el cultivo bajo ellas).
También, si se prevé hacer venta de excedentes en lugar de compensación, se deberá tramitar el registro como productor en la comunidad autónoma y firmar un contrato PPA o acuerdo de venta con una comercializadora.
3. Instalación de los paneles y equipo fotovoltaico
Siempre hay que contratar una empresa instaladora especializada y acreditada en energía solar, preferiblemente con experiencia en entornos agrícolas. El montaje de de la instalación incluye: la estructura de soporte de los paneles, la propia colocación de los módulos fotovoltaicos orientados correctamente, la instalación de los inversores (que convertirán la corriente continua de los paneles en alterna apta para la red interna), el cableado y canalizaciones, protecciones eléctricas (seccionadores, fusibles, diferencial, descargadores de sobretensiones, magnetotérmicos) y, si se ha considerado, la batería y el centro de transformación en instalaciones grandes.
Hay que realizar el montaje siguiendo las buenas prácticas y normativas (Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión ITC BT-40 para generación). Durante este paso, se conecta la instalación fotovoltaica a la red interior de la explotación. Si es autoconsumo conectado a red, el inversor se conecta al cuadro para inyectar en paralelo con la red interna. Si es aislado o con baterías, se configura el sistema de gestión de cargas.
Tras el montaje, la empresa instaladora realizará las pruebas de funcionamiento. Desde Sunfields insistimos en que la instalación debe ser ejecutada por instaladores profesionales cualificados, ya que de ello depende no solo el buen rendimiento sino también la seguridad eléctrica y la durabilidad del sistema.
4. Legalización, inspección y puesta en marcha
Una vez que la instalación está completada, se debe legalizar. Para ello, el instalador emite el certificado de instalación eléctrica en baja tensión (boletín) y, junto con el proyecto o memoria visada, se registra la instalación de autoconsumo en la Consejería de Industria de la comunidad autónoma. Cumplido este trámite, la instalación ya cuenta con permiso de conexión y puede entrar en servicio.
Si es autoconsumo con excedentes, es cuando se debe firmar (o activar) el contrato de compensación de excedentes con la comercializadora de electricidad que tenga el agricultor. En caso de venta directa, se firma el contrato de representación o venta con la empresa compradora de la energía.
La puesta en marcha consiste en comprobar que los inversores sincronizan con la red y comienzan a inyectar la electricidad generada con energía solar a la red interior de la explotación.
5. Mantenimiento y monitorización
Un sistema fotovoltaico tiene un mantenimiento mínimo que debe llevarse a cabo para asegurar su rendimiento óptimo a lo largo de su vida útil. Esto incluye limpiar periódicamente los paneles solares (la frecuencia dependerá de la acumulación de polvo o suciedad en la zona, de 1 a 2 veces al año es suficiente en clima peninsular, pudiendo ser más en ambientes muy polvorientos). También se deben realizar inspecciones visuales y eléctricas: comprobar conexiones, estructuras, estado de cables, apretar tornillería, etc., al menos una vez al año. El inversor también requiere mantenimiento mínimo, más allá de asegurarse de que su sistema de ventilación no esté obstruido y de actualizar firmware si fuera necesario.
Es aconsejable revisar las lecturas de producción con el sistema de monitorización y compararlas con los valores esperados para detectar posibles caídas de rendimiento por sombras nuevas, suciedad excesiva o averías incipientes (por ejemplo, strings desconectados, degradaciones de los paneles, problemas en el inversor, etc).
¿Hay subvenciones para el autoconsumo agrícola?
Sí, en España existen actualmente importantes subvenciones públicas para instalaciones de autoconsumo fotovoltaico, de las que el sector agrario puede beneficiarse.
Las subvenciones para el autoconsumo agrícola se resumen a continuación.
- Actualmente (2025), las convocatorias del PRTR (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia) se encuentran en fase final (muchas comunidades han cerrado solicitudes a diciembre 2023 debido a la alta demanda). Sin embargo, está prevista la continuación de los programas de apoyo con nuevos fondos europeos (REPower EU) y de remanentes no ejecutados. Por ejemplo, a mediados de 2024 el MITECO lanzó las bases reguladoras (Orden TED/765/2024) para nuevas ayudas a proyectos innovadores de energías renovables, incluyendo autoconsumo colectivo y soluciones en sectores como el agrario. Es altamente recomendable consultar la web del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) y de la Consejería de Energía/Industria de la Comunidad Autónoma correspondiente para informarse de las ayudas vigentes en cada momento.
- A nivel específico del sector agrario, cabe destacar que algunas ayudas del PRTR se han canalizado vía el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) para proyectos de sostenibilidad en regadíos. Por ejemplo, programas de modernización de regadíos gestionados por SEIASA (Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias) han incorporado la instalación de plantas fotovoltaicas para bombeo en comunidades de regantes, con financiación Next Generation EU. También, varias Comunidades Autónomas han lanzado convocatorias orientadas a explotaciones agropecuarias dentro de los fondos de recuperación.
- Además de las subvenciones directas a la inversión, existen incentivos fiscales que complementan el apoyo público. Muchas ordenanzas municipales ofrecen bonificaciones en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) para instalaciones solares en edificaciones, generalmente entre un 30% y un 50% de descuento en la cuota durante varios años (máximo 5). También se bonifica el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) asociado a la obra de la instalación fotovoltaica, con reducciones que en algunos municipios alcanzan el 95% de este impuesto. A nivel estatal, existe una deducción del 60% en el IRPF por inversiones en mejoras de eficiencia energética (incluyendo renovables) en explotaciones agrarias, siempre que se cumplieran ciertos requisitos, lo cual permite recuperar vía impuestos parte del gasto.
Y, por supuesto, es aconsejable apoyarse en asociaciones agrarias (ASAJA, COAG, UPA, cooperativas) que a menudo informan y asesoran a sus asociados sobre cómo solicitar estas ayudas para impulsar la transición energética en el campo español.

Profesional Fotovoltaico desde 2006.
- Ingeniero técnico Industrial por la Escuela Politécnica de Ferrol.
- Experto en Solar Fotovoltaica por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas de Madrid en 2009-2010.
- Experto Profesional en Energía Fotovoltaica, por la UNED 2010-2011.
- Gerente y Responsable de Compras en SunFields Europe desde 2010.
Más sobre mí en: https://es.linkedin.com/in/jose-a-alonso-sunfields/